Los honorarios de asesores legales para asuntos legales personales, como el divorcio, no son deducibles de impuestos. Sin embargo, si los honorarios de su asesor legal son un gasto comercial, son completamente deducibles. La regla general es que puede deducir los honorarios de asesor legal que paga si:
- Intenta producir o recaudar ingresos imponibles.
- Determina, cobrar u obtener un reembolso de cualquier impuesto.
Si manejó un servicio de asesores legales para ganar dinero sobre el que tiene que pagar impuestos o si el representante lo asesoró en un asunto fiscal como representarlo en una auditoría del IRS, puede hacer la debida deducción de impuestos. Si los honorarios legales que pagó están relacionados con impuestos o ingresos gravables, puede realizar la deducción también.
¿Cuándo puede deducir honorarios legales?
La reglamentación fundamental es que si las tarifas legales surgieron al tratar de producir o recaudar ingresos gravables, lo más posible es que esas tarifas sean deducibles. Los ejemplos comunes de tales situaciones incluyen los honorarios legales que pagó para demandar a alguien por el alquiler atrasado de un inmueble, los costos legales de defender su negocio de una demanda e incluso los honorarios legales que pagó batallando por un reembolso de impuestos. Incluso algunos asuntos legales personales pueden considerarse una acción que genera ingresos.
Si bien es claro que los honorarios pagados relacionados con su divorcio no son deducibles, si tomó medidas legales para cobrar la pensión alimenticia o la manutención de menores, esos honorarios pueden ser deducibles. Por lo tanto, para asuntos fiscales, es significativo que su asesor legal detalle la factura final para mostrar qué honorarios están correspondiendo con la actividad de cobro. Porque puede deducir los honorarios que pagó a un asesor legal por un divorcio si el guía le dio asesoramiento fiscal relacionado con el divorcio y lo detalló concretamente en su factura.