El estado de California se caracteriza por tener un sistema de división de las propiedades matrimoniales basadas en los conceptos de propiedad comunitaria después de un divorcio. Esto quiere decir que, por regla general, las propiedades que sean adquiridas durante los matrimonios son de ambos cónyuges.
¿Qué es una propiedad?
Las propiedades son todas aquellas cosas que se pueden comprar o vender, esto incluye casas, automóviles, negocios, acciones, vestuario o muebles., es decir, todo lo que tenga valor como dinero efectivo, cuentas bancarias, planes de pensión o jubilación. Además, de todas las deudas, si estas son propiedades y se deben de distribuir al momento de proceder con el divorcio. Esto ocurre, incluso cuando haya sido un cónyuge el que haya incurrido en las deudas y estén a su nombre.
¿Quiénes son los dueños?
Las propiedades adquiridas antes del matrimonio, serán de cada cónyuge una vez que finalice con el divorcio. Es decir, si uno de los cónyuges tiene una propiedad antes del matrimonio lo será también después de la separación. Por lo que, sí tenían una casa antes de proceder a casarse, esta les pertenece cuando el matrimonio finalice. Pero, si proceden a vender la casa, el dinero que reciban y las cosas que compran seguirá siendo propiedad individual.
Sin embargo, las propiedades adquiridas durante el matrimonio pertenecerán a ambos cónyuges, es decir, son propiedad comunitaria. Por lo que, si uno de los cónyuges adquiere un automóvil durante el matrimonio, será propiedad conyugal; incluso si los compra con el dinero del trabajo y está a nombre del cónyuge solamente.
Según las leyes de California, se establece que todos los bienes son propiedad marital. Es decir, si los cónyuges quieren que se les reconozca como propiedad individual sobre las cosas que tienen, estos deben de probar que las propiedades les pertenecen de forma exclusiva. Por lo que, es muy importante guardar todos los documentos que demuestren que los bienes son propiedad individual.
¿Cómo se distribuyen?
Uno de los primeros pasos que deben hacer los cónyuges es ponerse de acuerdo en cómo distribuir las propiedades después de un divorcio. Sin embargo, los jueces son los que deberán aprobar ese acuerdo. Si los cónyuges no se ponen de acuerdo, los tribunales procederán a decidir de la siguiente manera:
- Las propiedades maritales, se dividirán en partes iguales entre los cónyuges después del divorcio. Por lo que, si estas tienen un automóvil de $18,000 y una casa de $220,000 dólares, a cada uno le corresponden $119,000. dólares. Esto se puede obtener vendiendo ambas cosas o cualquiera de los cónyuges se queda con las propiedades y paga la mitad del valor al otro.
- Las deudas se dividirán de forma equitativa, es decir, dependiendo de las condiciones económicas de los cónyuges. Esto no siempre suele ocurrir en parte igual, solo dependerá de las decisiones que tomen los jueces que lleven el caso de divorcio.