¿Qué son los contratos inmobiliarios?
Un contrato inmobiliario puede presentar muchos matices. Puede ser un arrendamiento, una compra o alquiler de una propiedad comercial o residencial, una oficina, una bodega, etc. Si una de las partes incumple el contrato, la otra parte puede presentar una demanda por daños y perjuicios. Los daños se refieren a una suma de dinero utilizada para compensar a una parte por la pérdida sufrida como resultado del incumplimiento del contrato.
¿Cómo se calculan los daños en los contratos inmobiliarios?
Cada propiedad, casa o edificio tiene un valor de mercado. Sin embargo, el precio del contrato puede ser diferente del valor de mercado. En los contratos inmobiliarios, la diferencia entre el valor de mercado y el precio del contrato está determinado por el valor de los daños recuperables, lo que generalmente se denomina como daños esperados. Si el precio del contrato es igual al valor de mercado, no se otorgarán daños que sean calculados simplemente por expectativas.
¿Hay otros tipos de daños recuperables?
Incluso si los daños esperados no son recuperables, la parte que no incumple puede recuperar otros tipos de daños. Algunos de los más típicos incluyen:
- Daños generados
- Daños y perjuicios
- Daños nominales
- Desempeño específico
¿Hay alguna limitación para una recuperación de daños?
Se aplican varias limitaciones a la recuperación de daños:
- Daños previsibles: la parte infractora debe poder prever que es probable que ocurran daños. Ejemplo, un vendedor incumple un contrato para vender una casa. El vendedor tendría que pagar daños al comprador por contratar mudanzas, comprar muebles nuevos, u otros perjuicios derivados.
- Certeza: los daños deben demostrarse con certeza. Ejemplo, afirmar que sufrió angustia emocional porque quería que un acuerdo se cumpliera, no es medible. Como resultado, probablemente no se otorgarán daños.
- Deber de mitigar: la parte que no incumple tiene el deber de no ampliar la pérdida sufrida. Ejemplo, un vendedor incumple un contrato para vender una casa. El comprador (parte que no incumple) no puede continuar haciendo arreglos para mudarse a la casa y luego demandar para recuperar todos los gastos como daños.
Si se ha sentido afectado por un daño y no encuentra una solución aceptable, debe consultar con un abogado, que le asesore y ayude a recuperar su dinero o su tranquilidad.