Actualmente, son muchas las parejas LGBTIQ+ que adoptan niños, o uno de los progenitores tiene un hijo biológico y su cónyuge lo adopta, pero la custodia de los hijos y la coparentalidad en las familias LGBTIQ+ separadas es una zona un poco gris, con muchos matices en los que es difícil navegar en los casos en los que estas parejas se divorcian.
No obstante, la mayoría de los tribunales utilizan la misma calificación empleada para las familias heterosexuales que se separan, dado a que conceden la custodia al progenitor que parezca el más adecuado.
Paternidad y custodia legal
Los padres legales son personas que tienen la custodia legal de un niño, por lo que tienen el poder de tomar decisiones sobre la educación, el bienestar y la salud del niño. Los padres legales son los padres legalmente reconocidos de un niño.
Además, es responsabilidad de los padres legales mantener al niño económicamente. En determinados estados, las personas que no reúnen los requisitos para ser padres legales no tienen autoridad legal para tomar decisiones sobre un niño, y por ello, a estas personas no se les concede determinado derecho, aunque vivan con el niño y funcionen como sus padres.
Además, los padres no legales pueden no tener autoridad para las visitas o la custodia del niño cuando algo les sucede a los padres legales. Por lo tanto, los padres no legales no pueden reclamar al niño como dependiente para el seguro médico, y el niño tampoco puede heredar de un progenitor o pariente no legal.
Los padres legales comparten los mismos derechos para solicitar la custodia y la manutención de los hijos. En consecuencia, tanto los padres biológicos como los adoptivos tienen los mismos derechos a la hora de determinar su custodia.
Por ejemplo, las parejas lésbicas o de personas trans que tienen hijos a través de la inseminación de un donante y completan la adopción del segundo padre, ambos padres son considerados iguales ante la ley. Por lo tanto, si la pareja de lesbianas se separa, cada una tendrá el mismo derecho a la custodia del niño, y corresponderá al tribunal determinar a quién se le concederá la custodia del niño, tomando en cuenta el bienestar del mismo.
Adopción de un segundo padre
Puede que el Tribunal Supremo haya legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero, indiferentemente, las personas LGBTIQ+ aún no disfrutan de igualdad en el derecho familiar, ya que, en la mayoría de los casos, los padres no biológicos LGBTIQ+ se ven obligados a establecer una relación legal con sus hijos a través de una “adopción por un segundo padre”.
Este proceso legal permite al “segundo padre” adoptar al hijo de su pareja sin poner fin a la potestad del mismo, por lo que la adopción por un segundo padre no tiene en cuenta el estado civil.
La adopción concede al niño dos padres legales, y la ley garantiza a ambos miembros de la pareja la misma posición en lo que respecta a la relación con el niño. Y las parejas LGBTIQ+ tienen, además, la oportunidad de utilizar el proceso de adopción de padrastro o madrastra que está disponible para todas las parejas casadas.
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